As a member of the band and the school newspaper, I have the honor of writing about last week’s concert. It was a night to remember. It wasn’t just another performance; it was a celebration of what music means to us and family.
Concert Band opened the night with ‘And It Begins’ a piece that perfectly captures the heart of begging a Band Kid. It reminded me of how music bonds us forever, no matter where life will take us. Next, we got into the holiday spirit with ‘The Nutcracker’ which felt just right for this time of year, filling the air with a magical holiday spirit, then came ‘Shadow of the Samurai’ a powerful piece that celebrated the greatest warriors and their commitment to living in an ethical and respectful way.
When the Concert Band and Varsity Band joined forces, they gave us ‘Night Song’. It was a slow, soft, and hauntingly beautiful moment that I will say was incredibly poignant.
Then, the Varsity Band took the stage with ‘Ancient Echoes.’ This piece invited us to imagine the sounds of our ancestors and the stories they might tell. It was a journey into the past, beautifully crafted by Del Borgo. ‘Samurai’ followed, a powerful and thunderous piece that left everyone on the edge of their seats. I felt like I could see the warriors in my mind, bold, relentless, and strong.
The Symphonic Band took us to another world. ‘Night on Bald Mountain’ was chilling and dramatic, a reminder of how music can tell even the darkest stories with beauty. Then came ‘Out of the Shadows’ weaving the Welsh folk song ‘The Ash Grove’ I would say was a masterpiece although I don’t want to sound exaggerated. It felt like stepping into another time, another place, a moment of pure magic. And then, ‘Vesuvius’. This was more than music; it was an experience. The piece roared and raged like the volcano it was named after, echoing the fiery destruction of Pompeii. Every note felt alive—like it was part of some ancient, untold story. As the music swelled, I felt chills. It wasn’t just my favorite song of the night; it was a reminder of the sheer power music has to move us. Personally, that song was one of my favorites.
Finally, All Bands came together for a farewell I’ll never forget: ‘A Nightmare Before Christmas’. We played with a sense of togetherness because that’s what we truly embody. The music was playful and chaotic, a little messy in the best way possible, just like Jack Skellington’s attempt to take over Christmas. But as we reached the final notes, I realized that this moment wasn’t about perfection. It was about us, our passion, our connection, and our shared love for what we do.
But before I forget, I want to take a moment to give credit to all the talented students who created artwork for the songs we played. Their creativity really brought an extra layer of beauty to our concert, and it’s clear that we have incredibly artistic people at our school. Thank you for sharing your incredible talents with us.
The Winter Concert wasn’t just a performance. It was a night of memories, emotions, and stories brought to life through music. For everyone who came to listen and support us, thank you. This wasn’t just our concert it was yours too.
Concierto de invierno: Entre las sombras
Como miembro de la banda y del periódico estudiantil, tengo el honor de escribir sobre el concierto de la semana pasada. Fue una noche para recordar. No fue solo una presentación más; fue una celebración de lo que la música significa para nosotros y nuestra familia.
Concert Band abrió la noche con “And It Begins,” una pieza que captura perfectamente lo que significa ser un niño de la banda. Me recordó cómo la música nos une para siempre, sin importar a dónde nos lleve la vida. Luego, nos sumergimos en el espíritu navideño con “The Nutcracker.” que se sintió perfecto para esta época del año, llenando el aire con un espíritu navideño mágico, luego llegó “Shadow of the Samurai,” una pieza poderosa que celebraba a los guerreros más grandes y su compromiso de vivir de una manera ética y respetuosa.
Cuando Concert Band y Varsity Band unieron fuerzas, nos dieron “Night Song.” Fue un momento lento, suave y cuidadosamente hermoso, que en palabras más simples diré que fue básicamente hermoso.
Después, la Varsity Band subió al escenario con “Ancient Echoes.” Esta pieza nos invitó a imaginar los sonidos de nuestros antepasados y las historias que podrían contar. Fue un viaje al pasado, bellamente elaborado por Del Borgo. Le siguió “Samurai,” una pieza poderosa que dejó a todos al borde de sus asientos. Sentí que podía ver a los guerreros en mi mente, audaces, implacables y fuertes.
La Banda Sinfónica nos llevó a otro mundo con “Night on Bald Mountain;” fue escalofriante y dramática, un recordatorio de cómo la música puede contar incluso las historias más oscuras con belleza. Luego vino “Out of the Shadows,” que entrelaza la canción popular galesa “The Ash Grove,” diría que fue una obra maestra, aunque no quiero sonar exagerada. Me sentí como si estuviera entrando en otra época, otro lugar, un momento de pura magia. Y luego, “Vesuvius.” Esto fue más que música; fue una experiencia. La pieza rugió y rugió como el volcán que le dio nombre, haciendo eco de la destrucción ardiente de Pompeya. Cada nota se sentía viva, como si fuera parte de una historia antigua y no contada. A medida que la música crecía, sentía escalofríos. No solo fue mi canción favorita de la noche; fue un recordatorio del gran poder que tiene la música para conmovernos. Personalmente, esa canción fue una de mis favoritas.
Finalmente, todas las bandas se unieron para una despedida que nunca olvidaré: “A Nightmare Before Christmas.” Tocamos con un sentido de unión porque eso es lo que realmente tenemos juntos. La música era divertida y caótica, un poco desordenada en el mejor sentido posible, como el intento de Jack Skellington de apoderarse de la Navidad. Pero cuando llegamos a las notas finales, me di cuenta de que este momento no se trataba de la perfección. Se trataba de nosotros, nuestra pasión, nuestra conexión y nuestro amor compartido por lo que hacemos.
Pero antes de que me olvide, quiero tomarme un momento para darle crédito a todos los estudiantes talentosos que crearon las ilustraciones para las canciones que tocamos. Su creatividad realmente le agregó una capa extra de belleza a nuestro concierto, y está claro que tenemos gente increíblemente artística en nuestra escuela. Gracias por compartir sus increíbles talentos con nosotros.
El Concierto de Invierno no fue solo una actuación. Fue una noche de recuerdos, emociones e historias que cobraron vida a través de la música. Gracias a todos los que vinieron a escucharnos y apoyarnos. Este no fue solo nuestro concierto, fue el de ustedes también.